Un torneo de aprendizaje y un buen camino por recorrer
Argentina cerró la Americup en la segunda colocación tras ceder en una fría final ante Brasil. El equipo redondeó un buen torneo con su punto más alto en los playoffs ante Puerto Rico y Canadá. Argentina, mostró buenos pasajes, y tuvo de todo en torno a definiciones de juego, altibajos, performances individuales y colectivas. Ausencias importantes y jugadores que dieron pasos hacia delante.
Autor:José Fiebig (@Josefiebig en twitter)
Diferentes aprendizajes se llevó Argentina de una Americup en la cual tuvo de todo en torno a lo deportivo y extra deportivo para el albiceleste. Una final sumamente grata pensando en el seleccionado joven y de poca experiencia que se hizo presente, sumado a las ausencias de peso y otros que faltaron de manera sorprendente. El equipo dio pasos al frente por momentos desde lo individual y colectivo para reubicarse bien y quedar en la segunda colocación.
Lo primero que hay que decir, que es pocos avisoraban que Argentina llegue a la final de la Americup. Si bien la calidad de los rivales no era la mejor (Quizás Brasil con mayor cantidad de nombres al igual que Dominicana), lo de Argentina superó largamente las expectativas más allá de altibajos y diferentes cuestiones que se sucedieron. El haber estado en la final, sin dudas fue el primer punto saliente.
A la hora del análisis y ver en mayor profundidad, hay que ir por detrás de los resultados. Un elenco joven y con mucho margen de crecimiento, algunos faltantes que aún cuesta difícil entender su ausencia (Lugarini, Aaliya y Fjellerup) y un roster que quedó corto por momentos. Aun así, hubo jugadores que dieron pasos al frente y mostraron sus recursos, personalidad y capacidad para resolver y liderar al mismo tiempo.
El torneo tuvo de todo para Argentina. Desde muy buenos pasajes ante Nicaragua, tres cuartos iniciales de gran nivel y personalidad ante Dominicana (hasta un final desastroso dentro y fuera de la cancha), sumado a 15 minutos iniciales de dominio total frente a Colombia (el resto olvidable), y dos encuentros rozando lo impensado y soñado frente a Puerto Rico y Canadá.
En dichos encuentros, Argentina encontró mayor solidez defensiva, gol externo, y diferentes jugadores que mostraron una cara fantástica para afrontar momentos adversos y solventar los buenos momentos para dar paso a otro nivel como sucedió en semis.
¿La final? Fría, con nervios, muy mala eficacia, y variantes que no aparecieron. Quizás el momento de la experiencia y fineza, que no se hicieron presentes más allá de competir siempre ante un Brasil que se llevó el juego solamente por buenos pasajes y una defensa que Argentina no supo desenredar.
Hubo pilares que es obligatorio nombrar. Hoy Gonzalo Corbalán aparece como el hombre fuerte dentro del recambio generacional. El base-escolta brilló en juego, velocidad, capacidad atlética y liderazgo en cada partido y con gol. Verdaderamente una aparición formidable para empezar a conformar la plantilla.
Juan Fernández expuso su mejor cara en gol, personalidad, abriendo la cancha y con mayor fiereza dentro de su juego, tras torneos anteriores donde pasó muchas veces desapercibido y con desidia en su juego.
José Vildoza reafirmó todo lo que hizo en Boca en los últimos meses. Si bien da muchas ventajas en defensa, se complementó bien con el resto, respondió como conductor y se adueño de la ofensiva cuando fue necesario como si estuviese en el xeneize. Fue el primer torneo de Nicolás Brussino como veterano y líder del equipo, lo cual lo hizo muy bien, con altibajos, pero de buena forma respondiendo con sus aptitudes de juego.
La defensa es un caso a pulir. Argentina necesitará más de sus ajustes pero sobre todo de su 1x1 para detener a los rivales y no encapsularse en una zona que casi nunca funcionó. El piberio debería responder en piernas, intensidad y soluciones atrás para incomodar a su rival como sucedió frente a Canadá o Puerto Rico.
Caffaro ya se asentó como el interno por excelencia más allá de seguir con pocos recursos ofensivos, pero clave con su envergadura, rebote y ahora con mayor continuidad (algo que debería haber pasado tiempo atrás). Juan Vaulet fue una interesante respuesta con su versatilidad, anotando, en ritmo y velocidad y con personalidad viniendo de atrás.
Hay una interesante base que estará acompañado de otros mayores. La continuidad de Brussino, más las vueltas de Campazzo y Deck como líderes, más Luca Vildoza, muy posiblemente la de Laprovittola (¿Necesaria?) y ver que pasará con los casos de Bolmaro y Fjellerup. Un buen material para complementar o bien ser la guía de los nuevos.
Lugarini y Aaliya dentro de la consideración, lo propio Chapero más Kroop y Minzer como la nueva era más Bocca y Bordon (Aún inentendibles sus presencias como jugador 11 y 12 en esta convocatoria). Lógicamente Juan Ignacio Marcos, ya más asentado y con otras responsabilidades pero necesitando responder más y mejor en defensa para complementar sus buenos momentos ofensivos de gol y de juego con el resto.
En conclusión, un torneo positivo para Argentina, para ir llevando a los jóvenes a otro nivel y dentro de una mayor continuidad para muchos de ellos pensando en los siguientes desafíos que se avecinan. Pablo Prigioni deberá seguir pensando con claridad los próximos pasos, su presencia, su manera de pensar, hablar y la idea de juego para que el equipo responda cada vez mejor. Buen torneo y con mucho que potenciar. Esa será el desafió individual y colectivo de éste Argentina.
José Fiebig
@Josefiebig
»Diego de La Plata01/09/2025 21:58
Cuestiones que no coincido: A Caffaro le falta roce, no soporta la fricción, tanto en lo ofensivo como en lo defensivo, pero tengo la esperanza que en Boca encuentre la forma de reimpulsar su carrera y mejore algunos aspectos. Es más el equipo jugaba mucho mejor cuando Fernández (que personalmente es mejor 4 que 5) jugaba de 5 sin Caffaro en la cancha y aunque muchas veces se sacrificó a Brussino en la posición de 4 ante el corte de Aaliya y Lugarini. Respecto a Laprovittola me parece que la pregunta de ¿Necesaria? no es pertinente, cuando tome ritmo luego de la larga inactividad debido a su grave lesión volverá a ser una de las figuras indiscutibles de Barcelona y cuando este disponible para la Selección su talento, experiencia y liderazgo es algo de lo que no nos podemos dar el lujo de desechar, es necesario.