El final polémico en Córdoba

Hubo varios acciones que dejaron mucho que desear respecto al encuentro entre Instituto y Riachuelo. Desde el goaltending, hasta el inesperado técnico a Sebastián González hasta la última jugada que pudo haber tenido un final diferente si hubiesen pitado otra cosa. Lo repasamos.

Un partido que tuvo verdaderamente de todo. Riachuelo estuvo a nada de concretar un 2-0 que cambiaría por completo la serie y con una doble ventaja en La Rioja para el eterno. No fue así, y en la última acción, Instituto lo ganó con la corajeada (y un poco más de Pomoli) para convertir el doble ganador. Igual pasaron muchas cosas. Veamos.

Primero se da la situación en ofensiva para Riachuelo. Corbalán es bien defendido, no comete pasos, mantiene los pies en el piso como advierte el árbitro, toma el lanzamiento que va directamente al aro pero Lugarini tomó la bola antes como su hubiese sido un pase. Los árbitros otorgan el triple entendiendo que lo que hizo Lugarini fue una acción ilegal y que interfirió con el tiro directo al canasto. Se revisó y se convalidó. eso por un lado.

Luego llegó una de las situaciones más llamativas. Sebastián González pidió minuto, aunque cuando van a revisar es Lucas Victoriano quien pide el minuto luego para tener la bola adelante o detrás en la última acción. Vito le da el minuto a Victoriano (el reglamento dice que el minuto puede ser anulado hasta que no termine la revisión), lo cual generó una confusión inmediata y el enojo de González que termina en un inesperado técnico. Vildoza anota y descuenta.

En la última jugada vemos la mayor polémica. Instituto sube la bola, Lugarini con el hand off para Pomoli, quien va con una extrema vehemencia hacia el aro ante Vieta y lo deja desparramado. Hay un toque de balón, por lo cual el uruguayo toma la bola anticipando a Forestier en el rebote y anota de tablero. Vito estaba bien posicionado, y encima Pomoli se quedó pidiendo una falta ¡defensiva! Cuando da toda la impresión que es al revés al colocar el antebrazo tan arriba y chocando con fuerza.

Errores de todo tipo. Bien convalidado el Goaltending, una falta técnica que podía haberse evitado más por como estaba el score y el final, la gente, la cancha y quien perdía o quien ganaba. Ni hablar la última acción, donde tranquilamente se pudo sancionar una falta en ataque por la vehemencia que arrastra Pomoli al atacar el aro y como lo saca a Vietta de la acción. De un 2-0 a un 1-1 con incidencia directa e Instituto con vida.

José Fiebig

@Josefiebig