Planificar y atender el presente

Un domingo que dejó al básquet argentino en shock total. Luego de quedar fuera del Mundial, ver dentro de poco los Juegos Olímpicos por la TV y encima arrancar la Americup con una derrota histórica ante Chile, quien venció al seleccionado argentino tras 68 años en un duelo oficial. Todos golpes al mentón sin que podamos levantarnos. ¿Habrá que resistir más de la cuenta? ¿El proceso será más largo de lo esperado? Todo parece indicar que sí. Veamos.

La doble jornada ante Chile mostró diversas cuestiones y problemas a solucionar. Más allá del formato y la falta (obligada) de jugadores claves, Argentina no tiene casi ninguna excusa en ese plano. Uno diría que con Campazzo y Deck alcanza y sobra para vencer a Colombia, Chile y Venezuela, pero no es así. Aún con su calidad, experiencia y jerarquía top europea, ambos sufren el oficio y las defensas rudas de Sudamérica estando contenidos más de la cuenta.

Es cierto, ellos dos solos no pueden hacer nada y necesitan compañía. Brussino es otro de los jugadores top en Europa por talla, elegancia, tiro, defensa, envergadura sumado a un Bolmaro en ascenso por su juego, características y mayor protagonismo pero que deberá controlar sus modos y actitudes. Apenas alcanza con ellos como acompañantes. No tenemos ni un 4 ni un 5 top para cerrar el roster y hubo que volver a tomar a Delia como opción dentro de una anemia cercana al aro preocupante.

Es decir, como primer punto, un plantel corto a nivel top para hacer la diferencia aún con Campazzo y Deck siendo los estelares. ¿Qué falto? Oficio en la banca para hacer descansar a los titulares. En vez de llevar jóvenes con potencial pero que aún no pueden aportar en la selección mayor (Corbalán, Bocca, Giovanetti, Bressan), éste tipo de partidos llama a jugar con jugadores de otra experiencia y roce que quizás podamos encontrar en la Liga para equiparar a Suárez o bien Morales o Ibargüen o Carreras. Marcos y Fernández, en un ascenso real de su juego, están en condiciones de sumar como variantes. Primer error. Quizás subestimando al rival y pensando en que los pibes se luzcan en su debut.

Todos queremos encontrar un plantel a futuro, jóvenes con proyección, talento, talla, despliegue, etc. Aún así, no podemos perder la perspectiva del presente y ganar éste tipo de partidos. No por nada juegan los de mayor experiencia más los de oficio y luego jóvenes con talento para ir llevando despacio. Nos salteamos una etapa en ventana, pensamos más allá sin considerar un torneo en el presente.

La baja del entrenador oficial es al menos desprolija. No contar con Prigioni en un torneo oficial hace que todo cambie más allá que la bajada sea clara. Mándole con su primer experiencia, siempre en modo asistente con experiencia pero en una función diferente y dentro de un juego muy chivo y desfavorable en tiempo y espacio. Habrá que replantearse si el entrenador principal estará siempre o bien tendremos este problema de no siempre estar presente por su trabajo en la NBA.

La defensa sigue siendo una faceta a rever. El ritmo que intenta plantear Argentina hace que el patio trasero tenga un desfasaje muy grande. Ajustes llenos de problemas, rotaciones que no son exitosas, y la mayoría de ellas en los titulares ante un movimiento de bola muy rápido y con gol de los chilenos. La defensa interna hizo agua todo el partido, y el rebote pasó a ser un arma de doble filo para sufrirlo todo el tiempo. Claramente se puede solucionar, pero es necesario que el DT esté presente y los jugadores logren canalizar la idea.

En conclusión, muchos cambios tienen que haber pensando en la siguiente ventana. La presencia del entrenador, una rotación diferente con oficio y que genere 10/15 minutos de calidad, titulares que entiendan más y mejor el torneo y la dureza que trae jugar una Americup, aún sobresaliendo en talento y calidad. Pensemos primero en el presente, en el paso a paso, gestionar, trabajar y luego darle a los más jóvenes y su potencial el lugar que merecen y no al revés.

José Fiebig

@Josefiebig