Boca - Quilmes, malditos porcentajes

Existen dos estadísticas que determinan la suerte de un partido de básquetbol y mejor aún, de la serie: el porcentaje de tiros de campo y los rebotes. Quien domine esos dos rubros probablemente se quede con el juego o el play off.

Me apresuro a decir que Boca tiene un 55 por ciento en dobles (59/107) y 29% en triples (25/85) para un total de tiro de campos del 43.8% (84/192).

Veamos la otra vereda: Quilmes tiró un 51% en dobles (69/135) y 28 % en triples (15/54) para un total de campo del 44,4% (84/189). ¿Similitudes verdad?

Además Boca desde la línea de libres tiró con el 77.7 por ciento (47/59) en tanto que Quilmes lo hizo con 73.8 % (62/84).

¿Y el ítem que falta? Paciencia. Ahí va: 29.7 rebotes totales para Boca de promedio y 30 para Quilmes.

Así está esta la serie. Parejísima, si se me permite la deformación de la palabra para graficarla.

Es el turno de buscar las diferencias porque Boca no es Quilmes ni al revés. El equipo de Fernando Duró defeccionó en casi todos los ítems en el primer juego en la bombonerita. Perdió 15 balones, entorpecido por el ahogo con presión del cervecero, la marca de la línea de pases (situación que se produjo en el tercer juego) y la propia impericia de encontrar un jugador limpio (sobre todo en el poste bajo) forzando los pases.

Tiró además con bajos porcentajes (57% en dobles y 19% en triples) entonces ¿como pudo haber ganado? Esa respuesta todavía resuena en la mente de los jugadores y cuerpo Técnico de Quilmes. Sencillamente porque fue el menos malo de los dos.

Quilmes hizo grandes méritos para no llevarse el primer juego de Buenos Aires. Perdió por 6 y erró 12 libres (18/30), por citar el más chico de los ejemplos, lo acompañó además con un 47% en dobles y 11% en triples (2/18). Imposible que gane.

El segundo juego fue una show de Prego. (6/9 en triples), pero el Alero de Boca, si no toma tiros de tres puntos desde los 7 metros o mas, no vale. Siempre fue la solución a todos los problemas. La panacea de las ofensivas xeneizes. Con un segundo en el reloj de posesión o a la carrera con la marca encima Prego destrabó la defensa.

Lo ayudó la buena defensa de Boca que en el 5 x 5 encontró varias formas de detener a Pittman, atrapando al moreno y negando con atrapes el eje de cancha. Incluso más, lo arriaban hasta la mitad del campo. Con Pittman bien tomado Quilmes juega a los autitos chocadores. Sobre todo si el lobito no juega en el nivel que lo hizo en la serie contra Pico.

Pero perdiendo por más de 20 el partido mostró una cara que diría mucho para la suerte del resto de la serie: Quilmes no se rinde. Incluso más, cuando el gol se le dé iba a ser más.

Sucede que comenzó a jugar el costado anímico de la serie. Allí donde las estadísticas no entran. Donde los hombres son los que definen por actitud lo que no hacen por aptitud.

Simoni es el mejor pivote de la serie (9.7 pts y 8.7 rebotes) luchando contra una hernia inguinal propia y dos pivotes de categoría de selección nacional. Pero le sobra coraje y experiencia. Al igual que Chiappero (7.7 pts y 4 reb).

Mientras que Sartorelli, a todas luces un jugador excepcional para el futuro, está 0/6 en triples en la serie, Luis Cequeria lleva 5/5 en dobles. Se cita esta comparación por tomar una X como referencia. Quilmes está jugando Play Off por la condición anímica de sus jugadores.

Da la sensación que Boca No. Salvo algunos contados casos, como Gabini en el último juego. O Prego e Ibarra en el segundo o Cocha en el primero. Pero Nunca nombramos “el equipo”.

Hasta hoy solo la condición de carácter entre uno y otro marca la diferencia. Sobre todo porque es Boca quien tiene que demostrar por qué terminó primero en la serie regular con la contundencia que lo hizo. NO creo que sus jugadores se hayan olvidado de jugar a básquetbol. Como se espera una respuesta del número uno, es que la serie esta mejor que nunca.

Para no perdérselo. Para seguir pensando que los malditos porcentajes se pongan del lado de quien más mérito haga.

www.pickandroll.com.ar