Por peso propio

El comienzo de la serie para el máximo candidato al título fue con un paso en falso, no obstante se llevo algo preciado: el triunfo.

La inactividad de 16 días lo afectó y se notó (sólo jugó un amistoso con el lobo platense). Entró dormido y Quilmes se puso en ventaja con la tarea de Chiappero y Simoni en el poste bajo por sobre la dupla de pivotes locales.

Fernando Duró buscó de movida no dejar espacios para los internos quilmeños y mandó a Burgos y Leiva juntos, pero lejos estuvieron de hacer una buena tarea defensiva. Sin embargo, hubo alguien que ayudó a los “grandotes” de Boca: los propios internos de Quilmes.

Chiappero y Simoni en tres minutos erraron una secuencia de cuatro dobles sin oposición mostrando la oscura senda por donde caminaría el cervecero en la noche: el aro sería un enemigo más.

La crisis de malos porcentajes se contagió como una epidemia en los visitantes. Entonces Pittman falló una tiro fácil de su sello (voladito por arriba de la marca), y otros más, Vaquero y el Lobito Fernández no metieron ni los libres. Fue 8/17 en dobles, 0/1 en triples y 3/6 en libres.

A todo esto Boca le dio una manito, y ayudó a la crisis de gol quilmeña con 6 pérdidas y 2/8 en triples. Dos bombazos de Prego y 7 puntos de Leiva inclinaron la balanza a su favor. ¡¡Menos mal que la entrada era gratis!!

El segundo cuarto definió el partido. Boca se acordó que si las cosas no salen en ofensiva, por lo menos puede defender. Y con presión tres cuartos de cancha, Ibarra le quitó dos veces el balón a Cequeira, Fox a Chiappero y para Quilmes cruzar la mitad de cancha se convirtió en una quimera.

El ahogo defensivo obligó a que los de Bianchelli tomaran lanzamientos muy incómodos (contrariamente a los del primer cuarto donde jugó mejor que Boca), y los porcentajes pasaron de ser malos a pésimos (3/9 en dobles, 1/3 en triples y 4/8 en libres) pero agregando 7 pérdidas como condimento.

Reginald Fox y Juan Sartorelli en el segundo cuarto maniataron a Pittman, Cavaco metió un triple, pero rápidamente se contagió del resto y dejó de sumar, y nadie daba “pie con bola” en Quilmes, A su vez, Diego Guaita se asoció con Prego y la diferencia a favor del local se amplió hasta los 45-32 a finales de los primeros 20 minutos.

El tercer cuarto fue un cuento de terror. Para los dos. Ambos erraban, Ambos perdían balones. Quilmes alternaba defensa zonales con hombre a hombre. Boca salía a presionar o espera de mitad de cancha hacia atrás. Y aunque las defensas sacaban réditos, ninguno pudo trasladar el esfuerzo defensivo al aro ajeno.

El bostezo duró hasta los 7 minutos del tercer parcial. Hasta allí Boca ganaba el cuarto por 9-5 (54-37). Si, 9-5 no me lo haga repetir porque es para llorar.

Javier Bianchelli pidió minuto y metió un cambió que le dio mucha riqueza, lo mandó a Cequeria nuevamente al campo a que se rehabilite de su falso primer paso en el juego. Y “Junior” se puso las pilas. Robo un baló en la salida, forzó una pérdida, metió un doble, todo en un minuto y medio. Quilmes presionó y cerró el cuarto con un parcial 13-4 a favor para ganar el segmento 13-18.

En la recta final algo estaba claro. Boca no la metería desde los 6.25 mts en toda la noche (5/26) salvo Prego (4/7). Por lo que Quilmes seguía apostando a una zona para proteger de faltas a sus internos y asegurar el rebote en defensa.

Vaquero metió el segundo y último triple del partido para el cervecero y se despertó Josh Pittman para que se acercaran a 3: 70-67 a falta de 2:20. Hasta ahí le alcanzó la nafta a Quilmes.

En la mejor defensa quilmeña, con un segundo en el reloj, Prego metió un triple de más de 7 metros. Fue el mazazo final, luego Gabriel Cocha se puso el equipo al hombre y no permitió milagros ajenos.

Quilmes tiró 24/49 en dobles (48%) y muchos con enorme facilidad (Pittman falló dos volcadas, Cavaco una y un penal sin arquero y Simoni un par más) 2/17 en triples (11%) y 18/29 en libres. Es decir, hizo todo lo posible, en ofensiva, para que Boca gane.

Pero como Boca es un buen anfitrión, no acepta regalos y le devolvió favores con 5/26 en triples y 17 pérdidas. En todo el segundo tiempo apenas tomó 2 rebotes ofensivos.
Ganó Boca porque en la rotación de 10 jugadores encontró mejor suerte que Quilmes en 8.

Ambos están en deuda. Boca, seguramente más preocupado que Quilmes, a pesar del 1-0 (este no es el candidato que se vio en la regular) y la serie muy pareja.

Boca Juniors 78: Matías Ibarra 7, Gabriel Cocha 16, Roberto Gabini 6, Martín Leiva 12, Alejandro Burgos 2 (FI); Diego Prego 18, Juan Sartorelli 0, Diego Guaita 9, Ruperto Herrera 4 y Reggie Fox 4. DT: Fernando Duró.

Quilmes 72: Gustavo Fernández 3, Martín Vaquero 14, Josh Pittman 22, Patricio Simoni 13, Claudio Chiappero 10 (FI); Diego Cavaco 8, Luis Cequeira 2, Nicolás Pérez 0 y Christian Collar 0. DT: Javier Bianchelli.

Parciales: 21-19, 45-32 y 58-50.
Árbitros: Eduardo Bellón y Javier Mendoza.
Estadio: Luis Conde - Boca Juniors.

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