Lo dejó Verdé

No hubo caso, Peñarol no se despertó en toda la serie, no pudo nunca imponer el juego que había alcanzado sobre el final de la fase regular, sucumbió ante sus propios nervios y lo terminó pagando con una rápida despedida en la temporada.

Ninguno de los dos equipos ofrecieron cambios en relación a los sucedido en el Sur. Peñarol necesitaba dominar los rebotes y anotar con el poder de su Front Court, y algo de eso pudo hacer en el primer tiempo. Pero siempre Gimnasia, con mucho orden táctico, utilizando al máximo las virtudes de su plantel, desnudó una vez más las carencias del local.

En el primer tiempo Peñarol no dependió de “Tato” Rodríguez (11 pts), encontró un goleador que lastimó de todas las posiciones como Darryl Johnson (17 pts), ganó el duelo de rebotes 24 a 13. De los 24 rebotes 14 fueron en ofensiva. Perdió apenas 6 pelotas y convirtió 48 puntos tirando muy mal desde el perímetro (1/10 en triples). ¿Se podía pedir algo más? Si que defendiera.

Aunque parezca increíble, es más bien el Karma de la liga que tuvo el milrayitas. Con todo los ítems mencionados a favor perdió los primeros 20 minutos por 4: 48-52.

Gimnasia de Comodoro aprovechó las falencias defensivas del local para lastimarlo desde todas las posiciones. Primero fue Anderson desde los 6.25 (2 triples), después apareció Scales (7 pts) dominando a Bianco, más tarde Minzer provocando foules (10 pts en segundo parcial), y Saúl (6 pts) rompiendo la defensa por el eje.

Siempre un recurso a mano, siempre un jugador de Gimnasia que anotaba, siempre un hueco que se abría en la defensa de Peñarol. Siempre lo mismo.

En el tercer parcial, el equipo de Richotti regaló el partido y la serie. La visita ganó 16-29 con una gran tarea integral en los dos canastos. En defensa se puso en zona y aprovechó la pésima noche milrayitas desde el perímetro (hasta allí 2/16). Peñarol tiró 6/14 en dobles y 1/6 en triples. Además no provocó foules.

Los de Tolcachier aseguraron el rebote defensivo, y con el contraataque en mano, aniquilaron las esperanzas del local. Eloy Martín metió dos triples y uno más de Anderson. Todo Gimnasia disfrutó de buenos porcentajes (5/8 en dobles, 3/4 en triples y 10/11 en libres). De un lado la bola entraba. Del otro ni a propósito

El destino parecía sellado. En el último cuarto se vio más de lo mismo, Richotti rotó por enésima vez el banco en busca del quinteto que le dé soluciones. Pero nada. Nada había en Peñarol más que una invisible atadura de sus jugadores por una presión que se hizo evidente. Hasta ahí Peñarol no fue Peñarol.

En el medio de una mar de errores, con algo de Zalaya y Eloy Martín en ofensiva, sacaron la máxima de 21 puntos: 68 - 87 a falta de 6:40. Un minuto después Richotti pidió el Tiempo muerto más importante de la temporada, después de un recupero en defensa. Mandó a un desconocido Locatelli a la cancha junto con Johnson y salvo Bianco por Aispurúa puso a su mejor armada en cancha. Y los arengó a intentarlo todo para morir de pie.

Y de la nada en 5 minutos empezó otro partido. Tres triples a la carrera por arriba de la marca (uno de Diebold y dos de Locatelli), un par de dobles de “Tato”, defensa presión en toda la cancha para recuperar balones y jugar contra la presión de Gimnasia de no perder un partido increíble llevó el marcador a 81-89 (13 -2) en apenas un minuto.

Tocachier, desesperado pidió minuto y mando a sus titulares al campo, para no permitir más reacciones y Gimnasia encontró soluciones desde la línea de libres (10/14) ante los foules del local.

A falta de 2:30 se cortó la luz en el Polideportivo. Saboteadores forzaron una puerta y arrancaron los cables del tablero para bajar la tensión de luz. El partido se suspendió 20 minutos y los equipos se fueron al vestuario.

En la vuelta era un mini encuentro de 2 minutos y medio con una diferencia de diez puntos. En los primeros 40 segundos, Peñarol metió un triple y un doble, robando la pelota en la salida. Parcial 5-0 para un agónico 91-96. En la siguiente posesión con el sonido de la chicharra de 24 segundos, hubo falta sobre Scales.

El extranjero facturó uno solo y en la siguiente acción Locatelli se mandó por la izquierda del ataque, cuando subía para la bandeja, Easterling le cacheteó la mano y le quitó la pelota. Dio la sensación de que fue con falta. Los árbitros Darío Rodríguez y Fernando Sampietro dijeron que no. Ahí perdió la cabeza Peñarol.

Ya no hubo ni tiempo ni para una nueva reacción ni para intentar el milagro. Desperdició 35 minutos del partido y la lógica premió a quien fue más regular a lo largo del encuentro.

Peñarol 100: Leonardo Diebold 8, Sebastián Rodríguez 30, Juan Manuel Locatelli 22, Darryl Johnson (x) 21, Sergio Aispurúa 4 (fi); Juan Pablo Sánchez 10, Gustavo Bianco (x) 5, Javier Abbadie 0, Nahuel Calvo 0 y Mariano Tagliotti 0. DT: Marcelo Richotti.

Gimnasia 105: Eloy Martín 24, Héctor Minzer 12, Steve Anderson 16, Jervaughn Scales 23, Stanley Easterling 13 (fi); Franco Migliori 3, Sergio Zalaya 4 y Lucas Saúl 10. DT: Enrique Tolcachier.

Parciales: 28-25, 48-52 y 64-81.
Arbitros: Darío Rodríguez y Marcelo Latorre.
Estadio: Polideportivo.

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