Que la rivalidad entre Peñarol y Quilmes es notoria, no es una novedad, pero este año la rivalidad alcanzó ribetes históricos, por ejemplo, para no ser menos, a cada lesionado de uno, el otro equipo le contesta...
Autor:Pablo Tosal
Después de la emotiva fiesta de fin de año y festejo del 79no aniversario de la fundación del club, el plantel de Peñarol volvió a los entrenamientos y sufrió una mala noticia. El juvenil pivote rosarino, Diego Ferrero, sufrió un leve esguince de tobillo que lo marginaría del partido. De todas manera la expectativa sigue intacta ya que será el primer clásico que juegue el “loco” Hernán Montenegro.
El equipo de Romano tiene argumentos de sobra para motivarse, ya que viene de jugar mal y perder frente a Pico F.C. en La Pampa y todavía no ganó un clásico en lo que va de la presente temporada (0-2). Por lo que un triunfo ante Quilmes potenciará los ánimos de un grupo que ha soportado muchos contratiempos desde que la liga comenzó.
El Preparador físico del plantel, Bernardo Frontini, aseguró que a pesar de la racha de lesionados no variará su forma de trabajo “ el principal problemas es acoplar las distintas edades de los jugadores a un mismo trabajo” contó el profesor ya que “Montenegro vino con una año de inactividad y excedido de peso, mientras que los juveniles, entre la competencia local y el Liga tienen un calendario muy cargado”. No obstante, a todo esto, ratificó que el trabajo físico no cambiará con menos jugadores porque las lesiones fueron hechos extraordinarios.