La obsesión de Boca y Lanús

Aprea, hasta ahora, nunca explotó en la liga y es demasiado ponerlo como a un cotizado o pretendido del mercado

los innumerables negocios corruptos que rodean al fútbol, hacen que hoy la presencia en la LNB de Boca y Lanús sean lamentables.

los trapitos, la reventa de entradas, los negociados en las transferencias y la caída del engañoso fútbol para todos, hacen de una necesidad económica que no dan lugar ni al básquet, ni a otros deportes en ésos clubes.

Boca tiene un rico historial en la liga, mientras que Lanús se jacta de ser una institución modelo

otro aspecto que indica el bajón de nuestra competencia... sino repasemos una comparación con lo ocurrido en la presente liga de las américas...

Aprea no juega mas!
Hace muchisimo que no juega basket y no seria ningun refuerzo para nadie!
No era buen jugador antes como va a serlo ahora que esta hace mas de un año fuera de competencia

Es real? Todo bien con Aprea, es un regular suplente, pero los que ya lo vimos jugar con la de Boca es igual a Collins... es lento, flojito, sin mucho oficio en el ataque y su fuerte es la defensa cosa que Boca no necesita... me parece que cambiar a un extranjero por un nacional que juega en ligas menores es condenarnos al descenso.

Asi que Aprea es la obsecion de Boca y Lanus, No será un poco mucho.......
Piensan que con Aprea pueden salvarse milagrosamente de pelear para no entrar en zona de descenso.......
Me permiten........jajajajajajajajajaja
Quiero creer que esta nota con este titular solo la puede haber escrito el representante de Aprea .
Que me disculpen.
Pobre basket, pobrecito que mal que lo están tratando.

Siempre colocan al pie de la nota el nombre del autor. ¿Podrían informar quién redactó la nota sobre Aprea?

Mas allá que es obvio que se intenta hacer un negociado importante inflando a un jugador que en su momento prometía por su altura y que, por distintas circunstancias (por ejemplo: falta de preocupación de las entidades deportivas, sean Boca, Argentino o todas aquellas por las que paso, en desarrollar su flexibilidad, aumentar las capacidades técnicas o físicas y/o darle posibilidades de tener minutos para ganar mayor experiencia), hoy no es una estrella como intentaría indicar el título de esta nota, también se pueden hacer otras lecturas relacionadas.
Hace unos días salió la guía de la Liga Nacional (qué tendrá que ver esto con la nota? Se preguntarán). La leí detenidamente y confirma mi hipótesis: en la línea de tiempo del documento registra que durante más de 15 años los MVP y las promesas eran tremendos jugadores como Ginobili, Campana, Espil, Oberto, Palladino, Hermann, y otros tantos (probablemente gracias a visionarios como León Najnudel). Resultado de esos años gloriosos, Argentina se convirtió en potencia mundial, y como les pasa al 99% de los dirigentes y empresarios en este hermoso país, creen que la bonanza cosechada en los años precedentes será eterna sin invertir ni investigar en lo nuevo.
Posteriormente a esa época dorada de nuestra liga nacional, pese a quien le pese, el mejor jugador de la liga paso a ser Leo Gutierrez (jugador 12 cómodo dentro de la Generación Dorada), o aún peor, y ello sin querer ofender a laburantes de este básquet pero que no tienen comparación con la calidad basquetbolística de los nombres anteriormente citados, MPV como Logrippo o revelaciones como Funes figuran en la historia de la mejor competencia local.
Lógicamente ante el éxodo de los mejores exponentes a Europa y posteriormente a la NBA, la liga sufrió paulatinamente una pérdida considerable de la calidad en el juego local. A ello, muchos extranjeros de primer nivel se fueron a otras ligas, mientras que unos pocos permanecieron durante muchos años. Estos últimos, sumado a los pocos locales que lograban destacar en un ámbito empobrecido por las circunstancias, les fueron otorgados “títulos de nobleza” de parte de la dirigencia a través de los medios de comunicación en un intento de manotazo de ahogado por no perder a los últimos que podían mantener una competencia medianamente atractiva.
Este fue uno de los principales problemas que tuvo de allí en adelante Argentina como cantera de jóvenes talentos. Pocos eran los casos durante estos años en los que se veían apuestas fuertes a jóvenes, porque cómo sustituir a un MVP de nobleza mediática por un joven que necesita desarrollarse. Si no tenían entendimiento completo del juego antes de los 19 años (lógico de quien no tiene experiencia), nunca llegaban a competir seriamente en la primera división. Así pasaban años en el banco, tal vez los mejores para crecer basquetbolísticamente. En lugar de ello, se contrataron decenas de extranjeros de dudable reputación, los que duraban poco tiempo en los equipos y aquellos que lograban permanecer alguna que otra temporada, no eran estrellas que aportaran a la liga, salvo excepciones. A veces, los equipos tenían de 3 o 4 extranjeros (si es que alguno estaba nacionalizado), quitándole espacio a los locales, dado que la mayoría de los entrenadores utilizaban (y utilizan generalmente), no más de 8 u 9 jugadores en sus rotaciones permanentes. Seguramente, en aquél momento, Argentina como liga tenía una mayor reputación, por ende, se inflaban estatus de corta estancia que migraban hacia otras ligas menores.
A la víspera, de dirigentes y periodistas locales, que los pibes por ósmosis de lo que veían por televisión se convirtieran en Ginobili, Delfino o Scola, no se hicieron verdaderos esfuerzos en su desarrollo.
Siempre habían esfuerzos desarticulados institucionalmente por un lado o privados por otro (como los casos de los campus de básquet).
Hace algunos años, cambiaron la reglamentación y se anularon los descensos. Suponía que este contexto iba a favorecer a ello con la premisa de “si no desciendo puedo armar un proyecto a largo plazo”. Pero parece que la dirigencia de los clubes, salvo alguna que otra excepción, no capto la onda y tiene la mirada corta. Muchos contrataron jugadores de baja calidad, sean éstos locales o extranjeros, en lugar de armar un verdadero plan de amar planteles con proyección, que compitieran con jugadores que ya poseían una experiencia basta. Sin embargo, no se aprovechó el momento que era propicio para ello. Casos aislados como Weber Bahía (aunque no comparta otras cosas de esta institución) vieron la oportunidad y ante un intento fallido, hoy pueden hablar de Vaulet, Fjellerup, Wheelan entre otros.
Ahora con el agua al cuello, y por suerte, se creó la Liga de Desarrollo para los jóvenes de hoy. Ojalá no se haya perdido mucho tiempo y podamos recuperar peldaños. También deseo que la mirada de los nuevos dirigentes sea renovada y evitar de esa manera tener que inflar por los años de los años lo que no se puede inflar.
Lo mejor para Aprea que tuvo un destacado Torneo de Ascenso hace unos años atrás, pero lamentablemente no acompañaron su desarrollo.

Es un fiasco!!! Le falta basquet, velocidad...gol...le falta todo...