Quilmes encontró los documentos

Boca cambió el quinteto inicial para medirse con un equipo al cual no había superado en las otras tres ocasiones en la temporada. Faggiano fue el titular, para controlar a Baxley en defensa mientras el técnico Ronaldo Córdoba apostó por Gargallo con Sosa para jugar la posición del 2-3.

La ventaja teórica de usar a Maciel posteado ante Gargallo Quilmes nunca la pudo usar, pero Maciel igual fue la figura de su equipo en los primeros pasajes porque tuvo 2/2 en triples y buenas definiciones en velocidad de contraataque para sumar 10 puntos. La injerencia de Maciel y Gallizi (6) fue todo lo que pudo hacer el local en ataque en los primeros 10 minutos.

Boca controlo bien el juego con su terceto bajo de la media cancha y Ramirez Barrios y Calderón en la amenaza perimetral permanente. El técnico cervecero, Leandro Ramella, lo sentó a Clark para correrlo a Maciel de cuatro y mandó a Romero de pivote. Así Quilmes emparejó en altura con Ortíz de alero. El equipo a pesar de ganar en velocidad y se descompensó la defensa.

Porque Ortíz no podía mano a mano bancar el posteo de Gargallo y desde allí Boca pudo construir los espacios que necesitaba. Quilmes metió una ayuda en el poste bajo y la paciencia de Boca tuvo réditos en el tiro abierto con un pase más. El 5/7 en triples de Boca en el primer cuarto fue el factor clave para que le xeneize se lleve el parcial 18-25.

En el segundo segmento, Ramella bancó el equipo y esta vez le funcionó. Ortíz dio dos triples muy oportunos para desahogar la ofensiva y Romero pudo anotar en el juego interior. Ya Cequeira, lentamente, fue entrando en ritmo y el ingreso de Marín también fue de menor a mayor, para ir generando una defensa más estable.

Claro que Boca ayudó al local con los magros porcentajes que tuvo para el segundo parcial. Lanzó 0/7 en triples y 2/6 en dobles. Como el equipo visitante había vivido muy bien de su juego perimetral en los primeros pasajes intentó lo mismo pero ya sin suerte y no salió nunca de esa modalidad. Encima entre tantos tiros errados tuvo que cargar dos cruces más: las pérdidas (5 por cuarto) y la falta de rebotes ofensivos (2 en todo el primer tiempo). Vale decir, atacó sin porcentajes y a un solo tiro.

Con paciencia Quilmes pudo bajar el goleo y empezar a anotar para achicar. Hubo 13 puntos de los 20 del parcial que vinieron de su armada suplente y cuando Ramella a falta de 2 minutos mandó un triple cambio: el reingreso de Vildoza – Baxley e Ivory Clark el equipo no se descompensó. Así se llevó el primer tiempo 38-31.

Quilmes mantuvo la tendencia del primer tiempo en el segundo cuarto pero con los habituales titulares. Logró defender como no lo había hecho en aquel parcial del primer segmento. Además contó con un arma inesperada: aparecieron los triples de Ivory Clark que ayudaron a abrir una distancia muy grande. Cayeron tres bombas del ala pivote extranjeros y dos más de Maxi Maciel para que Quilmes tome una ventaja de 16 puntos (57-41).

Boca fue puro desconcierto porque su alimento habitual (el tiro de tres puntos) ya no le daba de comer. Por eso trato de buscarlo a Sandes en el poste bajo lo mismo que a Calderón, pero Quilmes controló bien esa situación.

Para el cervecero en el tercer cuarto fueron claves los triples para poder abrir la defensa rival pero mucho más lo fue completar 20 minutos de una defensa decente, estable, eficaz. Había recibido 96,3 puntos en los últimos 4 partidos (en dos de ellos con suplementario), pero no existe la receta mágica.

El regreso de Cequeira y Marín tiene todo que ver en la gestión defensiva. Baxley y Vildoza bajaron sus minutos en cancha y además de alargarse la rotación Quilmes ganó intensidad defensiva algo que había mostrado como tesoro a lo largo de la liga. Fue oportuno encontrarla para salir del fastidio de las derrotas.

A pesar de los cambios de formación Boca no encontró en los últimos 10 minutos la manera de torcer la historia de los anteriores 20 (porque el primer cuarto lo ganó bien). El segmento final le volvió a pertenecer al cervecero hasta sacar una diferencia de 27 puntos. Boca probó cambiando la media cancha alta con Ramírez Barrios de tres o baja con Sosa y Gargallo. Ya nada pudo hacer, Quilmes lo dominó y lo dejó sin respuestas.

El equipo xeneize cerró una gira de seis partidos de visitante con tres triunfos, que le deja un claro saldo positivo, además sabe que Dillon Sneed está al menos 30 kilos arriba de lo que necesita para que colabore con el equipo. Ha venido fuera de estado físico y lento, la historia dirá si dispone de tiempo para ponerse a tono con la competencia.

Quilmes cortó la mala racha de seis derrotas y por fin encontró el camino que había transitado en el mejor momento de la temporada: su defensa y la velocidad ofensiva. Así sueña, así vuelve a creer.

Síntesis
Quilmes (83): Luca Vildoza 2, Walter Baxley 13, Maximiliano Maciel 19, Ivory Clark 11 y Tayavek Gallizzi 11(FI) Luis Cequeira 5, Diego Romero 11, Federico Marín 0, Lucas Ortiz 6, Rubén Wolkowyski 0, Bruno Sansimoni 3, Agustín Lecona 2. DT: Leandro Ramella.

Boca Juniors (61): Lucas Faggiano 9, Isaac Sosa 6, Lucas Gargallo 2, Fabián Ramirez Barrios 14 y Pedro Calderón 11 (FI) Jonatan Treise 3, Matías Sandes 5, Dillon Sneed 4, Nicolás Copello 0, Axel Weigand 1, Rodrigo Funes 6. DT Ronaldo Córdoba.

Parciales: 18-25, 38-31
Árbitros: Fernando Sampietro y Leonardo Zalazar.
Estadio: Once Unidos.

Foto: LNB.com.ar

Pablo Tosal
@pablotosal
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