Junior Salvador

En Quilmes las pulsaciones vibran al ritmo de un equipo que pasó de la incertidumbre al éxtasis, luego al sufrimiento y finalmente a la gloria en menos de 30 minutos. Tenía todo para ganar cómodo. Dominaba por 20 puntos (60-40) cuando restaban 3 minutos para que termine el tercer cuarto y nada hacía prever el final. Boca pasó al frente 78-79 con un triple de Treise sobre el final y no lo ganó solo por la pericia de Junio Cequeira que fue a buscar el rebote ofensivo más importante del torneo hasta acá para su equipo. Doble, victoria y festejo loco.

Desde el vamos Quilmes fue más. Con un impecable Marín que seguía en racha del partido anterior y un Baxley activo el local se disparó rápidamente 16-7 arriba, ante un Boca que no tenía juego asociado. Buscó a Sosa, buscó a Riley, pero solo empujaba.

El ingreso de Axel Weigand y Pedro Calderón ayudó a su equipo que volvió al juego con tres triples (Treise, Sosa y Ramírez Barrios) mientras mejoró su contención del rebote y las penetraciones de los perimetrales de Quilmes. El cervecero quiso abrir el nudo con triples y no pudo (0/4) Así Boca se llevó el primer cuarto 18-20.

Al comienzo del segundo cuarto Boca siguió con el envión del primero y con Weigand muy activo sacó 7 (18-25) con un parcial extendido de 2-18 para dar por completo vuelta el juego. El partido era un vaivén de emociones ya temprano.

Quilmes con Maciel y Vildoza en cancha cambió su cara y fue más agresivo en ataque. Marín metió un triple para cortar la sequía y luego otro más para darle el impulso a su equipo, Maciel se sumó con 6 puntos a la gestión ofensiva y Quilmes metió un parcial de 20-4 y pasar a ganar 38-29. Lo dicho el partido era un subibajas de emociones sin un dominador. Cuando Boca aspiraba a achicar la ventaja (38-32) para cerrar el primer tiempo el cierre de cuarto fue perfecto para el local de la mano de Cequeira y el cervecero se llevó el primer tiempo 43-32.

Cuando comenzó el segundo tiempo dos triples para el equipo de Ramella disparó la ventaja (49-33). Boca había caído en un bache ofensivo. Se mostró todo el primer tiempo inofensivo desde su poste bajo, atacando mucho con sus perimetrales de modo vertical o con triples. La defensa de Quilmes contuvo esa situación con facilidad. Por eso el xeneize puso las primeras 5 pelotas del segundo tiempo para Riley y Sandes posteados tratando de recuperar algo de presencia desde su juego interior.

No obstante Boca sufrió un encendido Walter Baxley que cuando empieza a calentar motores es sencillamente indetenible. Metió tres triples en el cuarto jugando por arriba de la marca. Sosa lo pagó con el cambio, pero el ingreso de Faggiano le dio a Boca algo más que marca, el base venía con un caudal de gol que sería clave en la remontada.

La combinación Baxley – Romero le dio la máxima a Quilmes de 20 puntos (60-40). Allí nació la virtud de Boca de no dejarse llevar por el entorno. Se puso a trabajar bola por bola y tuvo una reacción gigante para cerrar el tercer cuarto con un parcial de 10-0 en tres minutos con 4 pts de Faggiano, tres de Treise y un triple de Calderón.

Para el cuarto final la ventaja de 10 (60-50) no suponía mucho, aunque tampoco estaba claro como haría Boca para seguir la remontada. Y lo hizo en apenas dos minutos. Llegó el triple de Ramírez Barrios, un cruce de Galizzi con Calderón que le dio libres a Sosa y Boca que se puso a dos (60-58) con parcial extendido de 18-0. Allí Boca tuvo un inconveniente involuntario, Treise debió irse al banco por una torcedura de tobillo derecho a falta de 8:30.

Ramella no paró el partido más que con el final del tercer cuarto pero sabía que no podía demorar más el reingreso de Romero. Encima su equipo sumaba complicaciones con la salida por cuatro faltas de Cequeira (64-58) a falta de 7:30. Regresó Romero y Vildoza a reemplazar a Junior.

El partido se hizo dramático, ya había ganado en lucha, paridad y errores compartidos, pero Boca tenía el plus que venía metiendo casi todo desde el perímetro. Quilmes volvió a recurrir a Baxley y pareció que un par de veces lo quebraba al equipo visitante. Primero a 67-61, luego 70-64 (con triple de Vildoza) y finalmente 76-68 a falta de 3 minutos con triple de Maciel y libre de Romero.

Siempre dominó esa ventaja de 6 a 8 puntos que le otorgaba a Boca la responsabilidad de convertir para seguir con vida. Y el equipo de Ronaldo Córdoba reaccionó a puro gol todo el último cuarto.

Ramírez Barrios tuvo un último cuarto exquisito devolviéndole la gentileza del primer tiempo a Marín que había ganado el duelo. Pero Marín cometió su quinta falta y Ramella tomó una gran decisión, corrió a Maciel de alero y mandó el reingreso de Ivory Clark a la cancha. El ala pivote foráneo de Quilmes no mete puntos pero hace de todo en defensa. Maciel terminó siendo clave en el partido, vital para el triunfo, pero la distancia de 20 Quilmes la sacó con Clark en cancha.

Y esa formación alta de Maciel, Clark y Romero fue la que emparejó la lucha de Ramírez Barrios, Sandes y Riley. El americano pivote de Boca fue otro que tuvo un gran trabajo sobre el cierre del partido.

De todos modos la paridad siempre es una moneda al aire, por muy táctico que uno se ponga. Y las emociones cayeron en cataratas en el minuto final. Romero con dos libres puso a Quilmes al frente por dos (78-76) con un minuto por jugarse. En la siguiente Treise mete un triple delicioso por arriba de la marca para darle a Boca la victoria parcial (78-79). Pero enseguida Baxley asume el protagonismo del líder reclamado y con una acción de uno contra uno logra vulnerarlo a Sosa (que lo defendió muy bien en la parte final) y Quilmes arriba 80-79 a falta de 25 segundos.

En la jugada del final Deangelo Riley ejecutó una acción perfecta dibujada desde el banco. Se puso de espaldas ante la marca de Romero y cuando llegó la doble marca de Clark cedió para Ramírez Barrio que había cortado como una flecha por el costado débil del ataque. En el ajuste defensivo Maciel recuperó pero tarde cometió la falta y no pudo evitar el doble. Boca pasó al frente 80-81 pero el alero de visitante erró el libre adicional. Desde el rebote de Ivory hasta el tiro de 5 metros de Baxley no pasaron más de 9 segundos. El escolta dejó el tiro corto y parecía que todo se terminaba pero apareció “Junior” volando literalmente desde atrás, con la fe que se tienen los que siempre van a más y no se dan por perdido, le quitó el rebote de la cabeza a Treise y suspendido en el aire, sin dejar de volar, puso el increíble doble que le dio la victoria a su equipo. El invicto en Once Unidos sigue, a fuerza de deseo y corazón.

Síntesis
Quilmes (82): Luis Cequeira13, Walter Baxley 24, Federico Marín 12 (x), Ivory Clark 0 y Diego Romero 12 (FI) Luca Vildoza 7, Maximiliano Maciel 13, Tayavek Galizzi 1, Bruno Sansimoni 0. DT Leandro Ramella

Boca Juniors (81): Jonatan Treise 14, Isaac Sosa 9, Fabián Ramírez Barrios 12, Matías Sandes 2 y Deangelo Riley 16 (FI) Lucas Faggiano 10, Nicolás Copello 4, Axel Weigand 6 y Pedro Calderón 8. DT: Ronaldo Córdoba.

Parciales: 18-20, 43-32 y 60-50
Árbitros: Ramallo – Mendoza
Estadio: Once Unidos – Mar del Plata

Link al boxscore oficial

Foto: Majo Gil (@MajoPick)
crónica: Pablo Tosal (@pablotosal)
www.pickandroll.com.ar