Ingrese texto de busqueda

27/10/2013 14:50 | Liga Nacional

Pichi Campana, micrófono en mano

Después de un largo tiempo volvió a su verdadera pasión, aunque ahora como analista. Tras el partido con Sionista el ídolo cordobés jugó un mano a mano con EL DIARIO. Su nueva función, el básquet y su paso por Paraná.
Pichi Campana, micrófono en mano

Entrar al estadio Carlos Cerutti es ingresar a la casa del gran campeón, del equipo más ganador de la Liga Nacional. Está por jugar Atenas con Sionista y en el escenario hay algo que llama la atención. En una de las cabinas de transmisión se asoma la figura de Héctor Pichi Campana, el ídolo de Córdoba y el goleador histórico que tiene esta competencia.

Los jugadores de Atenas miran hacia arriba y lo saludan. Los de Sionista, lo divisan y por unos segundos no reaccionan.

Campana está con auriculares, sentado en una banqueta y rodeados de papeles. Micrófono en mano se apresta a analizar el partido entre el elenco cordobés y el conjunto paranaense. Es que Pichi volvió a su pasión, el básquet, aunque ahora como comentarista. Lo hace por Radio Universidad (AM 580) junto a los relatos de Humberto De Nápoli, uno de los dos periodistas que cubrió todas las campañas desde que se juega la Liga Nacional (el otro es Luis López, también de Córdoba).

-Después de mucho tiempo volviste al básquet, pero en una nueva función. ¿Cómo te llevas con el comentario?

-Creo que la llevo bien. Estoy aprendiendo y sumando experiencia en un oficio muy lindo. El básquet ha sido la pasión de toda mi vida y ahora intento aportar la visión de un ex jugador. He tenido la oportunidad de haber vivido y experimentado muchas de las situaciones que hoy se ven en la cancha, entonces la idea es comentarlas desde esa experiencia.

-¿Y cómo surgió esta posibilidad?

-Fue una invitación de Humberto De Nápoli, quien hace 30 temporadas que sigue por la radio a Atenas. Él es un gran amigo y hace tiempo me venía diciéndome que le gustaría sumarme a sus transmisiones. Mis obligaciones con la política no me las permitían y por eso le decía que no. Hoy, con algo más de tiempo, me gustó la idea y acepté.

-¿Y en estos primeros juegos con qué te encontraste?

-Me gusta, me parece divertido. No sé si lo seguiré haciendo, pero encuentro cositas interesantes. De hecho, los partidos se me pasan más rápido que cuando estoy en la tribuna. Seguramente la adrenalina de tener que contarle a la gente lo que pasa dentro de la cancha hace que el juego se me pase más rápido.

-Más allá de este gustito, ¿qué es de la vida de Pichi Campana?

-Actualmente soy concejal de la ciudad de Córdoba por Unión por Córdoba. Sigo trabajando en política desde hace más de 10 años. También aprovechó para estar más cerca de mis hijas. Tengo una nena de 22 años, otra de 17 y una beba de casi cuatro meses.

-Recién dijiste que el básquet es tu pasión. ¿Y a la política en qué lugar la ubicás?

-En realidad las dos cosas me gustan mucho, aunque en sí la pasión de toda mi vida fue y es el deporte, más precisamente el básquet. Igual, desde que ingresé a la función pública me atrapó esa posibilidad de trabajar para la gente. Me gustó la idea de involucrarme y de intentar cambiar el concepto que tiene la gente sobre los políticos.

-Hiciste una extensa y gran campaña deportiva, y apenas dejaste el básquet te involucraste en la política. No te diste tiempo a extrañar la profesión.

-Tal cual. El meterme de lleno en la política hizo que me mantenga ocupado. Y eso es fundamental para un jugador que durante tanto tiempo estuvo en actividad. Los deportistas a una temprana edad tienen que empezar a vivir de cero. Es de un día para otro. Y es un cambio muy grande. A muchos le costó, a mí, por suerte, no me pasó.

-Convengamos que la política también puede ser muy cruel para un deportista reconocido y de trascendencia. A vos no te pasó factura.

-Por suerte la gente me sigue queriendo y eso es una bendición. Y cuando Atenas no le va tan bien te piden que vuelvas a jugar. Eso es gratificante. El sentirse querido es impagable. Los deportistas, en muchos casos, estamos tocado por la varita mágica.

Identidad

Héctor Campana nació el 10 de noviembre de 1964, en Córdoba. Jugó en Redes Cordobesas, Obras, Sport Club, Atenas, River, GEPU de San Luis, Banco de Córdoba, Olimpia de Venado Tuerto, Peñarol de Mar del Plata y Boca. También vistió la camiseta de la selección argentina.

Con 17.359 puntos es el máximo anotador de la Liga Nacional. A su vez, tiene el récord de haber marcado 62 puntos en un juego, registro que aún hoy nadie lo superó.

Fue campeón de la Liga Nacional en las temporadas 1987, 1988, 1991/92, 1997/98 y 1998/99 (Atenas de Córdoba), y 1990/91 (GEPU).

De ayer y hoy

-¿Te acordás de tus visitas a Paraná?

-Sí, claro, cómo no me voy acordar. Recuerdo el Panamericano Juvenil que se jugó en esa ciudad. Te estoy hablando de un torneo que ya pasó hace más de 30 años. Me acuerdo de la pasión que la gente de Paraná tiene por el básquet. Aquellos partidos con Echagüe y ni hablar de aquel Argentino que ganó Entre Ríos con el triple de Aníbal Sánchez. Una hermosa ciudad y gratos recuerdos.

-Por aquel entonces fuiste a Paraná con un Atenas que ganaba todo. Ahora la situación es distinta, si bien esta temporada se armaron mejor.

-Sí, es cierto. Hoy se cuenta con un plantel muy rico, aunque todavía se está buscando el funcionamiento para armar el mejor equipo posible. Ahora le ganó a Sionista aunque le costó. Igual, creo que si sigue por este camino va ser uno de los serios protagonistas.

-¿Te imaginas a Pichi Campana en el básquet de hoy?

-Me cuesta imaginarlo. El básquet cambió, como todo. Igual, desde que dejé la actividad no extrañé en absoluto estar adentro. Si extrañé los viajes, el vestuario y todo lo que rodea a esta profesión. Yo jugué casi hasta los 40 años, entonces, en cierta manera, no me cansé de jugar pero lo disfruté al máximo.

Fuente: El Diario