Responsabilidades

Estos temas son devoradores de líneas en los medios escritos y minutos en los radiales y televisivos, porque se trata de violencia. Para el argentino promedio la violencia es un lugar incómodo y desagradable. Un lugar que sabe que existe pero no tolera.

El primer punto que debemos reflexionar es que nos guste o no, la violencia hoy es parte del fenómeno social cotidiano. En un espectáculo deportivo los organizadores en todo caso pueden elegir el formato de violencia que quieren tener, cual es el límite tolerable y “razonable”.

Recuerdo que también es violencia escupir o insultar a los protagonista, cantos xenófobos. Mi viejo me contó que en un estadio repleto de Villa del Parque hace 50 años atrás vio suspender un partido de básquet por un árbitro cuando el público local silbó el tiro libre de un jugador visitante. Hoy en ciertas canchas te mueven directamente el tablero y los árbitros en algunos casos se hacen los boludos. Ni hablar de que silben. La sociedad del 50 y la del 2010 tienen poco que ver entre si.

Que haya una pelea de barras en la calle a la salida de un partido de básquet no es tolerable. Si es una emboscada o no, me importa poco. No es tolerable, de acuerdo al nivel de violencia tolerable del que hablábamos en el párrafo anterior.

Si son guapos de verdad que se citen en un descampados y se caguen a piña todo lo que quieran diez contra diez o cien contra cien, con arco y flecha o lo que quieran, no me interesa porque si quieren dirimir quien la tiene más larga es un problema de los hinchas. Pero no en la salida de un espectáculo deportivo donde concurren gente que no está preparada para la violencia.

Una vez que sorteamos el paso uno: “el nivel de violencia tolerable” debemos profundizar en porque se produce los focos de violencia no tolerables y como evitarlos.

Parece sencillo recurrir a la culpa dirigencial como motivo de la violencia en el básquet. Es una de las patas de la mesa y conozco varias formas de culpas. Leamos que dice la Ley al respecto.

La Ley del deporte en Argentina (Ley 26.358 - ESPECTACULOS DEPORTIVOS - Modificación de la Ley Nº 23.184, modificada por la Ley Nº 24.192.) cuya última modificación data del 28 de febrero de 2008 en el “Régimen Penal para la Prevención y Represión de la Violencia en Espectáculos Deportivo” dice

ARTICULO 5º.- Será reprimido con prisión de uno a seis años el que instigare, promoviere o facilitare de cualquier modo, la formación de grupos destinados a cometer alguno de los delitos previstos en el presente capítulo

ARTICULO 8º .- Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que destruyere o de cualquier modo dañare una cosa mueble o inmueble, total o parcialmente ajena en las circunstancias del artículo 1º.

y el artículo 1 entonces decía: “Artículo 1º.- El presente capítulo se aplicará a los hechos previstos en él, cuando se cometan con motivo o en ocasión de un espectáculo deportivo, sea en el ámbito de concurrencia pública en que se realizare o en sus inmediaciones, antes, durante o después de él, como así también durante los traslados de las parcialidades, tanto sea hacia o desde el estadio deportivo donde el mismo se desarrolle”.

Entonces queda claro que un dirigente que facilita entradas para los hinchas es penalmente culpable por la Ley del Deporte. En el básquet, en estos casos se sospecha siempre que los dirigente entienden que cuanto más grande es el grupo de apoyo, de cantos, de gente, más chances de una victoria deportiva tienen. Y no hay Dios que los saque de ese razonamiento plenamente perimido. Porque en la mayoría de los casos los dirigentes son hinchas, y los hinchas creyeron, creen y creerán que son muy importantes (esto es cultural).

En lo particular disfruto mucho del folklore de la tribuna, de los cantos, de la exposición a flor de piel de la pasión por un club, pero jamás creo que esto influirá en el resultado de un partido. Lo dejo como lo que es: folklore.

Cuando se pide a gritos que no se “futbolice” el básquet ¿Qué es lo que se está pidiendo? Yo no conozco ningún lugar de la argentina en donde dirigentes del básquet usen a barra bravas para negocios personales, por pases de jugadores o negocios vinculados al mismo. No veo hinchas de básquet que laburen de punteros políticos y tengan en su poder cada partido 300 entradas de un talonario para hacerse un ingreso o monten un gran negocio con los estacionamientos de autos. Eso en el básquetbol no existe ni existirá.

Me horrorizo un poco con el grito de “que no se futbolice el básquet” porque toda mi vida profesional luche para que se “fubolice el básquet”. No quiero trabajar y amar solo un deportes de “entendidos”, no me interesa que la canchas se llenen de familiares de jugadores, divisiones menores, amigos y cercanos porque es lo más parecido que he visto a una Kermesse.

Quiero y sueño con un básquet de masas, que sea imprescindible para la vida de la sociedad (como lo es el fútbol), que sea pieza de conversación de todos, del taxista, del obrero, del profesional, de la ama de casa (como lo es el fútbol), que llene los espacios de los medios periodísticos con los entrenamientos y entrevistas en la semana, no tan solo con partidos (como lo es el fútbol). Para que ello sucede hay que abrir las puertas, no cerrarlas.

Y cuando abrís la puerta de tu casa no podes elegir los invitados, entran todos. Los buenos, los mas o menos, los malos. Los profesionales que ganan fortunas, los excluidos, los pobres que llegan con lo justo a pagar la entrada y lo que van porque salen en la tele y dicen en la casa “miren la tele porque voy a salir”.

Después controlar la violencia en un espectáculo deportivo no es tema dirigencial es un tema policial

Los dirigentes deben ir presos si facilitan las entradas (eso ya lo hablamos) pero como en este país cualquier movimiento de dinero invita al “negociado” entonces la cobertura policial se convierte también en un problema y no en una solución.

Así el CoProSeDe (por ejemplo) se convierte en Frankestein, porque necesita de la violencia para vivir. Exigen cámaras de seguridad que se pueden alquilar en un solo lugar, ya que solo una empresa esta homologada por el CoProSeDe. Exigen un número de efectivos para cada partido que parece que habrá una guerra y no un juego para que finalmente haya violencia igual y la solución sea..... PONER MÁS EFECTIVOS. Ya no hay forma de parar el monstruo creado.

Hay que trazar una línea clara, firme y decisiva para saber donde termina la responsabilidad de un dirigente y donde comienza la responsabilidad de la policía. Y pregunto: Si anoche en la cancha de Boca había un muerto ¿Paredi y Borro se convierten en Chabán? ¿ Qué hacemos, van 20 años presos?

Si hay forma de probar que las entradas para los barras los facilita un dirigente, ese directivo tiene que ir preso, pero esa es la parte fácil del control, porque los barras son generalmente socios y pagan su entrada y la bomba la tenés adentro de la cancha igual. NO SE PUEDE PROHIBIR POR PROHIBIR el ingreso de ningún ser humano.

Los que se debe hacer es PREVENIR teniendo un control total de la situación en la antesala de cada partido.

Y mi humilde sugerencia al respecto es: La creación inmediata de un órgano de Seguridad en las Canchas de Básquet dependiente exclusivamente de la AdC. Los problemas del básquet los debe resolver el básquet. Porque la violencia en la sociedad no la podemos arreglar nosotros.

Este órgano debería interactuar con la policía de todo el país para trazar un lineamiento claro sobre los procederes del público local y visitante en cada cancha. Si ayer se escoltaba a la gente de Obras y se impedía la salida de la gente de Boca, se evitaba el tema. Muchos sostienen que no hubo forma de prevenir porque nadie pensaba que se podían enfrentar ya que no venía caliente en los partidos anteriores y no había antecedentes.

Al menos dos fuentes distintas hoy le dijeron a este medio que la emboscada en la Bombonerita no la realizó los hinchas que estaban adentro sino que eran barras que aparecieron solo para eso al final.

Como sea, no se puede especular más que algo puede ocurrir o no ocurrir. En la Bombonerita eran 20 policías y 15 de seguridad privada. Sobran 35 efectivos policiales para hacer un buen operativo. Si Obras (que ganó) tiene que festejar, que no lo haga por 20 minutos y le den 5 de festejo y afuera. Escoltados por la policía mientras la parcialidad local espera. Es feo, es lamentable, es engorroso, es molesto, si pero son ajustes imprescindibles a los tiempos que corren.

Salvo que olvidemos que se trata de un asunto policial y queramos organizar una kermesse.

Pablo Tosal
@pablotosal
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