“No es para alarmarse”

Acaso por la gravedad o por el tiempo de recuperación diagnosticado, persiste la sensación de que la actual temporada de la Liga Nacional está arrojando una seguidilla inusual de lesiones.
Sin embargo, para el doctor Diego Grippo no es una cifra superior a las registradas en los últimos cinco años. En consecuencia no existe alarma en el departamento médico que dirige para la Asociación de Clubes.

“Se producen entre 35 y 40 por temporada. Está dentro de las cifras que vienen dándose en los últimos cinco o seis años. No es que haya más lesiones. Es un dato concreto y obedece a todas las categorías, alrededor de 500 jugadores de las tres categorías profesionalizadas, Liga, TNA y Liga B”, explicó.

“Pero esa cantidad constituyen tres equipos o tres equipos y medio de jugadores lesionados, para tener una idea. Ahí podemos polemizar o debatir si es mucho o poco. Más allá que se mantuvo el número de otros años, a mi entender es un porcentaje elevado de lesiones”, afirmó Grippo.

El facultativo bahiense aporta un dato que echa luz sobre la sensación de que viene siendo una temporada plagada de caídos.

“El porcentaje más alto de lesiones se producen en pretemporada. Y ese ya es un tema médico. Y el otro momento en que puede haber otro pico es al final de la temporada”, afirmó.
“No hablamos de lesiones graves, que demandan mínimo un mes de recuperación, sino a nivel global. Se empiezan a producir las tendinitis, distensiones y los desgarros chiquitos”, agregó Grippo.

En lo que va la edición 2010-11 de la Liga Nacional al menos un jugador se perdió un partido por alguna dolencia en cada uno de los 16 participantes.

Aquí se incluye al estadounidense Joseph Bunn (Argentino de Junín), quien no jugó un partido ante Boca por sentir dolor en una rodilla. Pero días después una resonancia descartó alguna lesión.

Por otra parte, están los clubes que tienen jugadores que no llegaron a debutar: Mike Robinson en Monte Hermoso Basket (se cortó el tendón de Aquiles y sólo participó en Copa Argentina), Roberto Gabini en Atenas de Córdoba (desgarro pectoral) y Matías Sandes en Boca Juniors (lesión en la rodilla derecha).

“Lo que hay ahora son lesiones que tienen que ver con la violencia física con la que se juega. No en términos de agresividad sino de potencia y velocidad”, analizó Grippo. “Se juega mucho más intenso y físico y lógicamente habrá mayor probabilidad de lesión en un equipo que juegue 80 partidos que en otro que afronte 40. Y aparecen este tipo de lesiones como son los cruzados y los Aquiles”, explicó.

“No cooperan”. Grippo y su equipo de trabajo le propusieron recientemente un camino a la AdC para conseguir datos estadísticos que permitan una lectura objetiva sobre el drama de las lesiones en los basquetbolistas.

Se trata de un relevamiento epidemiológico. “Consiste en que desde los clubes, cada dos semanas, envien un reporte de las lesiones que tienen en los planteles”, explicó.

“Simplemente es una planilla en la que nos interesa saber el tipo de lesión, puesto en cancha de quien la sufrió y tratamiento. Ahí vamos a tener el dato concreto de gravedad, frecuencia y período de recuperación. Ahí tendremos estadística necesaria para sacar conclusiones”, dijo Grippo.

El profesional dijo que ya comenzó una prueba piloto pero que hasta el momento no tuvo eco en los clubes. “Acá está también el interés que le prestan los clubes. Como no es algo obligatorio, nadie te manda las planillas. Existe cero cooperación de los clubes. Creo que se les envió dos veces y todavía no recibimos ninguna. Y eso que llenar la planilla lleva cinco minutos...”, indicó.

“Cuando salen notas relacionadas con lesiones en el deporte, les ataca el terror a todos. Pero cuando intentamos implementar algo, nos cuesta un montón”, agregó. “En esa pelea estamos en este momento”, concluyó.


Caso 1

El de Juan Pablo Cantero es uno de esos casos increíbles. Luego de perderse el Mundial de Turquía por un desgarro en el izquiotibial izquierdo, el base se preparaba para afrontar la Liga Nacional cuando sufrió fractura de peroné en la pierna derecha. Libertad de Sunchales lo espera con ansiedad.

Caso 2

Otro caso resonante fue el de Andrés Pelussi. El ala-centro se había cortado el tendón de Aquiles en febrero de este año. Se aceleró su recuperación, que fue óptima, pero a fines de septiembre se le produjo una lesión similar y en el mismo pie. Faltaban 15 días para el inicio de la Liga.

Caso 3

Eduardo Calvelli no olvidará los últimos meses. Boca lo contrató a pesar que el jugador se encontraba en recuperación de una rotura tendón de Aquiles izquierdo sufrida la pasada temporada en Central Entrerriano. La idea era tenerlo listo para diciembre. Pero cuando restaban 15 días para su retorno a la actividad, increíblemente sufrió desprendimiento del 60 por ciento del tendón derecho.


Fuente: Ricardo Sbrana “La Nueva Provincia”