¡Adiós 2010! ¡Bienvenido 2011!

Se termina la primera década del siglo. Hace un año muchas agencias de noticias internacionales hacían resúmenes de lo mejor y lo peor de la década. Se les habrá pasado por alto que el año y la década termina hoy 31 de diciembre de 2010.

En el muy buen blog de Magonia se explica bien. La culpa es de Dionisio El Exiguo, un monje y matemático que en el siglo VI fijó el año del nacimiento de Jesús en 753 después de la fundación de Roma y llamó a ese año el 1 Anno Domini (Año del Señor), sin dejar un año 0 entre él y el -1 Anno Domini. (En realidad, Jesús nació varios años antes, pero eso no tiene ninguna trascendencia para el asunto que nos ocupa.) Al no haber año 0, la primera década de la Era Cristiana fue la de 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10; la segunda comenzó en 11; la tercera, en 21; el segundo siglo, en 101; el segundo milenio, en 1001…

Ya que nos pusimos de acuerdo en esta inútil discusión, ahora le damos paso a la memoria del año.

La selección Nacional tuvo su oportunidad mundial y debió chocar con una multitud de padeceres. Sé que varios no estarán de acuerdo pero para salir campeón, uno de los requisitos es tener suerte. Y la Argentina no la ha tenido. Los jugadores de jerarquía con que cuenta la selección, el momento de Luis Scola, la aparición de Delfino haciéndose cargo de la ausencia de Ginóbili, la inteligencia táctica del técnico y su muñeca para surfear el tsunami de problemas, la astucia de estos pibes para jugar al básquet dando ventajas de centímetros contra casi todas las selecciones del mundo, fueron equilibradas por los inconvenientes: El segundo base fue una pesadilla, primero con la salida por lesión de Juan Pablo Figueroa, luego de Juan Pablo Cantero en plena gira previa. Dos días antes del comienzo la selección Andrés “Chapu” Nocioni se queda sin campeonato, justo el corazón del plantel. Y para completarla, Fabricio Oberto se pierde medio mundial por un virus gastrointestinal. Too much.

A pesar de la gran cantidad de minutos que debieron soportar Scola, Delfino y Prigioni, con un relevo escaso, debiendo recurrir a defensas alternativas, zonales, por jugar con doble ala pivote contra gigantes internacionales han hecho de este quinto puesto un lugar muy alto. El enorme récord final de 7-2 es otro hecho histórico. Se perdió ajustadamente ante el mejor equipo del torneo (Serbia) y mal ante Lituania, la noche del cumpleaños de media selección lituana (iban 8/8 en triples en el primer tiempo mientras Argentina tiraba 0/9). Por entonces dijimos que Argentina sufrió “La tormenta perfecta”

Sin ánimo de ampararnos en nada, Lituania fue superior y a otra cosa. La valentía, moral y deportiva de los jugadores fue otra gesta de esta Generación. Se recuperaron de un día para el otro, y luego de tremendo cachetazo superaron a Rusia y España. Deberíamos brindar este 31 a la noche por el orgullo de tener jugadores que den esta clase de ejemplos.

Para la selección nacional se cumple una década de ensueño. En el barrio dirían que pasó de perro a escopeta. Siempre nos costó entrar entre los 8 mejores del mundo en un mundial. Era un alto privilegio. De repente, el sub campeonato en Indianápolis (pueden creer que aún no se pasó mi bronca por la final robada y perdida), de un equipo que mereció ser el campeón. Luego la medalla de oro en Atenas, el 4to puesto en Japón 2006 (a un tiro de la final), el tercero puesto en Bejing 2008 (uno de los mejores torneos de la historia por calidad de jugadores) y finalmente el 5to lugar en Turquía viviendo ya los despojos de una Generación. Lo mejores diez años de la historia del básquetbol argentino. El número uno en el ranking FIBA por dos años, el respeto en el mundo por nuestros jugadores y técnicos. Un lujo increíble para los que vivimos intensamente el básquetbol y un honor para el deporte argentino en general.

El futuro cercano nos traerá un preolímpico en Mar del Plata que promete ser histórico. Con todos los jugadores pensando desde hace rato en la oportunidad de tener un torneo ante su gente como regalo de un proceso maravilloso. Por la cantidad de jugadores NBA que habrá en la competencia, el nivel del resto de los equipos y la transmisión televisiva mundial será más importante que la Copa Davis jugada en ese mismo escenario. Y Argentina es candidata.

A nivel de clubes fue sin dudas el año de Peñarol. Tiene todavía un par de pasitos para dar y consagrase entre los mejores de la historia de la liga, pero lo que ha hecho el conjunto liderado fuera de la cancha por Sergio Hernández y por Leo Gutiérrez dentro de ella ha sido sencillamente fantástico. Comenzó el año ganando su segunda edición de la Liga de las Américas con una final tan recordada por la angustia del partido con Halcones (93-91 en suplementario) como por el festejo posterior.

Por entonces, Leo Gutiérrez, que no había jugado bien ese partido (8pts y salió por faltas), cuando comete la quinta falta levanta las manos por arriba de la cabeza, junta las palmas y pide perdón. La imagen de un grande que ganó todo y no quiere perder a nada. Para su suerte Kyle Lamonte se disfrazó de Superman y Tato Rodríguez metió el triple más inverosímil e importante de su carrera. Peñarol era bicampeón de América.

Luego los dirigentes de la AdC se pusieron de acuerdo rápidamente con los directivos de la LNB brasileña y se organizó en apenas 3 meses una nueva copa que de inmediato creó interés: los 4 primeros de la fase regular de Brasil contra los 4 primeros de la Fase regular Argentina. Es decir, posiblemente los mejores 8 equipos de ese momento en Sudamérica (Quizás algún uruguayo en el medio). Peñarol organizó y ganó el cuadrangular inicial y luego la final, también disputada en Mar del Plata. Segundo título del año y tercero consecutivo (cerrando el 2009 se consagro como campeón del Súper 8).

Para finales de mayo llegaría el postre que todos deseaban. Después de 16 años de espera Peñarol se consagra como campeón de la Liga Nacional, coronando un semestre de lujo y tomándose revancha de Atenas de la final pasada perdida. Fue un 4-1 con total autoridad. Leo Gutiérrez fue declarado MVP pero tuvo al lado a Marcos Mata que jugó una serie final brillante, se destacó Facundo Campazzo siendo decisivo en uno de los partidos y Martín Leiva en su regreso al país demostró su madurez, crecimiento y efectividad en el juego.

El receso post liga fue febril, en dos semanas estaban el 80% de los equipos armados. Volaron contrataciones en dos semanas de euforia. En un mercado que acompaño el crecimiento del país, aparecieron salarios de primer mundos y hubo varios regresos importantes: Matías Lescano, Roberto Gabini, Lucas Victoriano, Juan Gutiérrez, Josh Pittman, Joe Bunn, Robert Battle, ahora Matías Ibarra, que se sumaron a Diego Guaita, Martín Leiva, Pepe Sánchez, Fabricio Vay entre otros que ya habían puesto su pie en la temporada anterior. La Liga Nacional presentaría una de sus mejores versiones.

El comienzo de la temporada 2010-11 fue la continuidad de la anterior. Peñarol hizo uso de la costumbre de ganar y en Santiago del Estero ganó la Copa Argentina, el título que le faltaba. El quinto en forma consecutiva.

Días después, el 1 de noviembre, Lanús entra en la historia por haber sido quien le sacó el invicto de 44 partidos sin perder como local a Peñarol en su cancha. La liga comenzaba a dar sus sorpresas. El resto de los dos meses finales trajo una temprana salida de Richotti de Quimsa y la confirmación que la billetera no lo es todo. Por eso Atenas se quedó con el cierre del año siendo puntero en la Liga Nacional y ganador del Super 8 en Formosa.

Para el 2011 queda el privilegio de ser viviendo una liga que cada día se pone más linda en cuanto a su juego, más la incertidumbre si Peñarol podrá repetir el título en años consecutivos. Alcanzar de ese modo el privilegio que solo tuvieron Ferro (85 y 86), Atenas tres veces (87 y 88, 97-98 y 98-99, 01-02 y 02-03) y Estudiantes de Olavarría (99-00 y 00-01). Es decir solo tres clubes lo lograron. Peñarol quiere meterse en la historia definitiva de la liga y por ahora, su contundencia lo pone como favorito para lograrlo.

Pablo Tosal
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