Diego Romero, uno de los líderes de Gimnasia Indalo, se mostró autocrítico con el nivel mostrado por el equipo en la derrota frente a Sionista. Advirtió que ya no les alcanza con “estar cerca” de visitante, porque la presión de once derrotas consecutivas pesa.
A Gimnasia le quedan tres partidos seguidos de visitante y se entrena en el club Rivadavia de Santa Fé a la espera del viaje a Formosa para visitar a La Unión. El equipo sabe que no puede seguir cometiendo errores porque necesita los puntos de visitante. Y Diego Romero lo tiene muy en claro. En diálogo con Marcelo Schesterfeld comentó sus sensaciones: “Contra Sionista cometimos muchos errores en el primer tiempo. Si a un jugador profesional lo dejás tirar, seguro la va a meter y nosotros los dejamos tirar”, expresó con bronca.
La derrota en Paraná fue la 11ra del “verde” de visitante y la sequía comienza a desesperar. “Es difícil la situación porque te preguntás todo el tiempo cómo podés hacer para ganar. Sabemos que estamos cerca pero eso ya no sirve, no nos convence a nosotros mismos. Hay que tratar de entender que estamos en el buen camino y que hay q ajustar un poquito las cosas y no podenos regalar un cuarto como nos pasó contra Sionista: no nos pueden hacer 30 puntos en diez minutos si pretendés ganar el partido”, declaró Romero sin excusas.
El conjunto mens sana enfrentará el viernes a La Unión, último de la tabla y el domingo a Progresista, dos equipos que no tienen un buen presente y a los que Gimnasia necesita ganarles para no caer en las poscioones. Sin mebargo, Romero prefiere ser cauto: “acá ningún equipo le gana a otro con el nombre o la matemática. Tenés que ir adentro de la cancha y jugar duro. Lo hicimos en Corrientes pero no en Sionista, o al menos durante todo el partido como tiene que ser”.
LEJOS DE CASA
El plantel vive en estos días una situación poco habitual. Ante el rechazo de la Asociación De Clubes a reprogramar el partido contra Lanús para esta semana, el club se vio obligado a pagar hoteles en distintos puntos del país desde el 27 de noviembre –previo al pertido contra Regatas- hasta el 14 de diciembre, día en que está prevista la vuelta a Comodoro, post partido con Lanús.
Esto afecta no sólo las finanzas de la institución comodorense, sino también la comodidad de los jugadores, que en este momento se hospedan y entrenan en Santa Fé para no volver a Comodoro y evitar gastos de traslado. “Habernos tenido que quedar lejos de Comododo esperando al partido con La Unión es complicado, porque no sabés en qué lugar te hospedás, dónde vas a entrenar. No tenemos kinesiólogo porque la gente que viaja con nosotros no puede perder una semana de trabajo. Así que quedamos solos”, comenta Romero.
Sin embargo, la necesidad de victorias fuera de casa no contempla situaciones externas y el equipo sabe que debe ganar: “El grupo es fuerte y vamos a sacar esto adelante”, sentencia el pívot misionero, de corazón comodorense.
