Rotando a la victoria

Con un muy activo Romano, Lanús se encargó de estar arriba en el marcador en los primeros momentos del juego. Si bien el cuadro local ilusionó utilizando el pick and roll sobre el eje, poco a poco fue dejándolo de lado, volviendo al vicio de sobrecargar su juego en el perímetro.

Pese a ingresar en una meseta, el match continuó favorable al huésped, que se distanció por cinco (4-9) en el promedio, para luego llevar la brecha a ocho (6-14), diversificando su ataque y sabiendo elegir las opciones de tiro bajo la conducción de Griffin.

Mientras Ruiz fue quien creció en su andar para el “granate”, los locales se apoyaron en la experiencia de Mázzaro para salir del mal momento. Sin cambios dentro del parquet, Ginóbili los buscó con los relevos y estos le trajeron soluciones.

Cantón ordenó la defensa, y entre Redivo y Whelan dieron puntos e ideas que construyeron un parcial de 9-2, dejando al dueño de casa a uno de distancia (15-16) con dos minutos aún por delante.

Fue Vecchio quien modificó su quinteto, y con Mc Cray en cancha por Orresta, sumado a la batuta de Griffin, soportó el embate bahiense y cerró el primer chico con ventaja de dos, 21-23.

El parate no detuvo el buen momento del anfitrión, que en los primeros instantes saltó al frente en el marcador. Terminó de realizar la rotación con el ingreso de Fjellerup (Byró con una fractura en un dedo estará fuera 15 días) y continuó administrando la ofensiva, apuntalado por la buena eficacia (Cantón sumó 10 en ese cuarto).

Del otro lado, García remplazó a Fyeld, y sin recaer en la vuelta de Griffin, el cuerpo técnico optó por la dupla Orresta-Forastieri para generar juego, cuando el “granate” se halló siete abajo en el promedio del periodo (34-27).

Como una fotocopia del segmento anterior, el bahiense se mareó en ofensiva y perdió peso en su propio canasto. Buscó resolver todos sus problemas redoblando la apuesta del perímetro, pese a que sus mejores pasajes los encontró apoyándose cerca del cilindro, y el resultado fue la prolongación de su mala racha.

En contrapartida Lanús fue en ascenso, y si bien al comienzo fue más ganas que básquet, abusando del uno contra uno, poco a poco lo mutó a un juego más en conjunto, recuperando el movimiento de balón, siempre con Romano como abanderado (17 puntos al cabo de los primeros 20), y dejando una mejor imagen de cara a la segunda mitad, pese a irse al descanso largo abajo por cuatro, 44-40.

Con el regreso de zona de vestuarios fue el huésped quien pegó primero. Orresta se dedicó a trasladar el balón y Griffin se volcó al rol de escolta tirador, con lo cual ganaron más variantes en ofensiva y se pusieron arriba en el tanteador en los primeros minutos.

El de Bahía Blanca modificó la base después de un arranque tumultuoso, y si bien Whelan consiguió rencausar en parte el ataque, el mayor déficit del anfitrión se vio en su propio cilindro, donde fue la suerte lo que lo mantuvo cerca, y no la solvencia defensiva.

Sin usar el poste bajo salvo con el reingreso de Eslava, lo del local pasó pura y exclusivamente por el perímetro, viviendo y muriendo pura y exclusivamente a través de su eficacia. Del otro lado, con un encendido Griffin (los cambios de defensa no le causaron mella), el visitante tuvo más variantes.

A pesar de no despegarse uno del otro, y sin sobrarle mucho, el del Gran Buenos Aires se las ingenió para manejar los hilos del cuarto, y llegar al acto final arriba por dos, 59 a 61.

Ese escenario se modificó rápidamente, debido a que con un buen pasaje de Thomas, Bahía Basket sacó cuatro de luz en el primer minuto (65-61), encontrando dormido a su rival y por primera vez en la noche, fuera de eje a Griffin.

De igual forma, y siendo más agresivo en su primera línea, Lanús robó un par de valones, corrió de contra ataque y equiparó las acciones en 65 al llegar a los primeros dos minutos y medio.

Dándole juego a los hombres grandes, y permitiendo que estos se pasen la bola (Rasio - Eslava), el cuadro de bahía recuperó cinco tantos de luz (71-66), pero poniéndose rápidamente en faltas le dio la oportunidad a su rival de descontar esa luz desde la línea (71 iguales en el promedio).

El quiebre lo daría un triple de Whelan, que bien secundado por un recupero y posterior doble de Mázzaro dejó al dueño de casa otra vez cinco arriba (76-71), con 3:48 por delante. El marcador quedaría congelado hasta los 2:25, cuando nuevamente Mázzaro, aunque en esta oportunidad con un libre, amplió el margen a seis (77-71).

Fue el peor momento del huésped en todo el juego. Carente de ideas y con dudas que hasta allí no había mostrado, los de Vecchio se limitaron a darle el balón a Romano y que este resuelva como pueda. Con doble marcaje, este pudo hacer poco, y como consecuencia el anfitrión sacó siete (80-77), llegando al minuto final.

Griffin trató de cargarse el equipo al hombro una vez más pero no pudo, y con el marcador y el reloj a su favor, el cuadro de Bahía Blanca terminó llevándose el cotejo por 83 a 75, rencontrándose con la victoria.

Bahía Basket (83): Diego Gerbaudo 9, Matías Noccedal 0, Julio Mázzaro 9, Lisandro Rasio 15 y Ariel Eslava 8 (inicial); Lucio Redivo 11, Gastón Whelan 12, Omar Cantón 12, John Thomas 5 y Máximo Fjellerup 2. DT: Sebastián Ginóbili.

Lanús (75): Ed Griffin 14, Sebastián Orresta 5, Enzo Ruiz 8, Nicolás Romano 24 y Tyler Field 18 (inicial); Toney Mc Cray 4, Johnny García 2, Adrián Forastieri 0, Iván Gramajo 0 y Damián Pineda 0. DT: Guillermo Vecchio.

Parciales: 21-23 / 44-40 / 59-61.

Árbitros: Smith – Castillo.

Estadio: Dr. Osvaldo Casanova.

Foto: La Nueva Provincia

Emanuel Niel

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