Jornada especial para el bahiense Juan Ignacio Jasen. Anoche le agregó otra mención a su carrera profesional: jugó su primer partido de Liga Nacional en su ciudad natal.
La alegría no fue completa para él ni para Obras.
"Por un lado me alegro porque al equipo de Bahía le vayan bien las cosas, pero por otro lado siento ese sabor agridulce por no poder llevarnos el partido", contó Juani.
"No jugamos bien. Se nos complicó un poco en el segundo cuarto, cuando nos hicieron un parcial bastante grande. En líneas generales lo peleamos hasta el final, aunque nos vamos con ese sabor amargo de haberlo perdido en la última pelota", analizó Panchito.
Fue notoria la preocupación en el vestuario visitante. El DT Silvio Santander permaneció unos 10 minutos, reflexivo, apoyado contra un arco de hándbol, tras lo cual dijo algunas palabras en el vestuario y se fue caminando al hotel.
Sus dirigidos permanecieron unos 15 minutos más en el vestiario, al punto que los choferes se arrimaron a la cancha 3 para ver el panorama. Tenían que llevar al equipo a cenar a un restaurante por expreso pedido del cuerpo técnico, que prefirió no cenar en el club para tener mayor privacidad.
Juani Jasen admitió la pesadumbre por el presente de Obras, pero dejó un mensaje optimista.
"Tres derrotas seguidas son un montón, sobre todo después de comenzar 3-0 y con la expectativa que tenía cada uno. Toca levantar la cabeza y seguir trabajando", afirmó.
Por otra parte, Carlos y Cristina (papás de Juani) cumplieron el sueño de verlo en Bahía.
"Venimos con la expectativa de que haga un buen papel. Después, si gana o pierde es otra cosa", dijo la mamá en la puerta del Casanova.
"Después de un año y pico sin verlo porque estaba en España, para nosotros es espectacular", agregó Carlos.