Whelan: “Es un paso grande”

cumula 13 años de “carrera”, aunque apenas tiene 18. Quizá el inicio tempranero, sumado al talento, el apoyo familiar, la contención de entrenadores y su dedicación transformaron a Gastón Whelan en uno de esos “diamantes en bruto” que el básquetbol cordobés sigue cultivando.

Y no es poca cosa que Estudiantes de Bahía Blanca, un histórico de una ciudad señalada como la meca de este deporte, haya posado sus ojos en él y lo haya seducido para dejar su Hindú de toda la vida: el club del barrio, de amigos, parientes; donde se movía como pez en el agua y donde jugar con primos, al mejor nivel, era un grato asunto de familia. Vale aclarar que su papá Rubén es el presidente, sus hermanos Nicolás (13) y Lucas (21) juegan en el club y es primo de Gabriel (el Bebo) Bútori, hijo del exjugador fallecido Juan. Además es primo de Matías Lescano, de Atenas, pero formado en la institución tachera.

Y no es poca cosa que ídolos y forjadores de la Generación Dorada tales como “el Pepe” Sánchez o Juan Espil lo tentaran para integrar el plantel de Liga Nacional y “mimaran” prometiéndole que podrá seguir creciendo “sin presiones”. Aunque las tendrá, en un club donde también habitan leyendas como “el Puma” Montecchia y donde será dirigido por Sebastián Ginóbili, ex base y hermano de Emanuel. “Ellos jugaron o juegan en mi posición, por eso mis amigos me dicen ‘si no aprendés, sos un gil!”, confiesa Gastón, sonrisa mediante.

Tras obtener el Argentino Sub 19 en Corrientes, donde defendió la camiseta cordobesa, una de las tantas selecciones de las que formó parte, el base (1,89 metro y 90 kg) cuenta que la partida a Estudiantes le genera una mezcla de sentimientos: “Siento felicidad, ansiedad y tristeza. Pero a la vez es un paso grande y un desafío importante que empezaré a atravesar”.

–¿Cómo fue lo de Bahía?
–Mi agente (Leandro Palladino) me dijo que me andaban buscando de algunos clubes (Libertad y Lanús también) y un día me habla Espil (mánager de Estudiantes) y me ofrece sumarme al equipo. Lo hablé en casa y acepté. Después me volvió a llamar y Pepe Sánchez también. Me transmitieron la alegría por sumarme, me dieron tranquilidad y me dijeron que vaya con la cabeza pensando en crecer y que no tendré que rendir cuentas a nadie.

–¿Por qué sos base?
–Siempre me gustó conducir, subir la pelota y organizar el equipo dentro de la cancha. Además me gusta hablar, pasar la bola y dar asistencias, más que el gol propio.

–¿Y cuáles eran tus referentes?
–Siempre me guio mi primo Gabriel (alternó la base en el equipo campeón de la Liga Cordobesa). Además veía y veo mucho la selección argentina y la NBA y hay varios bases como Pepe Sánchez, Pablo Prigioni o Marcelo Milanesio a los cuales admiro, trato de imitar y copiar.

–¿Y tu ídolo?
–Matías Lescano. Aunque no es mi posición, “Mati” es completo. Trato de copiarle cosas e imitarlo. En cancha te hace lo que le pedís.

–¿Y cómo te autodefinís?
–Un jugador tranquilo, no tan revulsivo, más pensante y con visión periférica.
En julio, Gastón disputó el mundial Sub 19 en República Checa, donde Argentina fue 12ª, un puesto inferior a las expectativas.

–¿Qué pasó en el mundial?
–Éramos un equipo con falencias, lo sabíamos de antemano, con poca altura. Tuvimos un par de bajas antes de viajar y nos costó rearmar el equipo. Sabíamos Serbia o Croacia nos superaban en talla, falencias que tratamos de cubrir con distintas defensas y bloqueos, pero se notó que hay un trabajo distinto en esos países y que algunas cosas hay que imitar.

–¿Se mantiene en las nuevas camadas la mística de la Generación Dorada?
–La mística es de ellos porque se han sabido entender. Lograron eso. Recibimos eso, pero cuesta ponerlo en práctica. Pero el mensaje de esa camada por suerte está: el de la solidaridad, del pase extra, el alargue y sacrificio defensivo. El básquet es un juego en equipo y muchos chicos lo entenderán, sólo que estamos en un proceso de formación y maduración. Eso no se perderá.

Fuente: Mundo D