“Me acuerdo que en Gálvez (viernes 21 de diciembre de 1990) se postergó por una tormenta y jugamos a la mañana siguiente (perdió 91 a 88 y Espil anotó 35 puntos, con 9-16 en triples, empatando por entonces el récord de Mario Milanesio). También, en Andino jugué a las cuatro de la mañana”, recordó el experimentado Juan Espil, después de tomar una foto testimonial, al pie del micro, en medio de la incertidumbre.
“El tema es que la decisión debe ser clara”, se quejó Juan, medido y con muuucha paciencia, a los 43 años.
Algo más molesto se mostró José Luis Pisani.
“Pensando rápidamente, podemos decir que llegaremos con más descanso al miércoles (Súper 8), pero prefiero jugar. Esto de quedarnos dos días en Santiago del Estero... Llegamos con todo planificado... La verdad que me genera mucha bronca, porque los actores principales, que son los jugadores, hace tres horas y media que están acá sin saber nada. Es una falta de respeto muy grande. Vale mucho dinero esto”, se quejó el técnico.
Hubo una situación, no menor, que ayudó a sobrellevar el momento.
“Gracias a Dios que ganar el jueves (ante Atenas) y tener semejante grupo humano, permite que nos tomemos esto de la mejor manera posible”, reconoció Pisani.