La temporada de Argentino de Junín estuvo más al límite que nunca. Logró una salvación verdaderamente heroica y como visitante. Dentro de todos los males que vivó y adversidades, su colectivo, corazón y la gente volvieron a ser cruciales. El repaso del turco resiliente.
Autor:José Fiebig (@Josefiebig en twitter)
La temporada de Argentino de Junín estuvo más al límite que nunca. Logró una salvación verdaderamente heroica y como visitante. Dentro de todos los males que vivó y adversidades, su colectivo, corazón y la gente volvieron a ser cruciales. El repaso del turco resiliente.
Sin dudas que la presencia de Argentino en la Liga Nacional pendió de un hilo, y muchos creían que tenía el destino totalmente armado respecto de como venía la mano en la temporada. Aún así, el juninense se levantó, mejoró, cubrió huecos y despertó en un momento crucial donde parecía todo verdaderamente perdido.
En conclusión, podríamos decir que Argentino es un resiliente con todas letras. ¿Y eso? La resiliencia se refiere a la capacidad de sobreponerse a momentos críticos y adaptarse luego de experimentar alguna situación inusual e inesperada. Es una aptitud que adoptan algunos individuos que se caracterizan por su postura ante la superación de una adversidad y de mucho estrés. Vaya si habrá habido estrés por Junín con semejante torneo...
Argentino la pasó realmente muy mal. Le costó mucho hacer pie en la Liga, comenzó claramente por debajo del resto en juego, resultados, performances, y ni hablar a la hora de jugar como visitante. Lo increíble del caso, es que su primera victoria fue ante ¡Boca! En un inesperado encuentro y con el score final de 61 - 60 luego de 10 derrotas consecutivas y ya sin Julián Pagura como su entrenador.
Diego Camun, un hombre de la casa, se hizo cargo de dicho encuentro, y sería un mensaje del final a brazo partido que tendría con Argentino en la última parte del año. Llegó Marcelo Macías, pero apenas duró cuatro partidos, no conectó con el equipo, el foráneo que llevó (Andre Daniels) tampoco, y finalmente Camún se quedó directamente al mando del plantel.
El equipó sintió ese golpe pero a favor. De hecho, ganó tres partidos seguidos y tuvo otra imagen en general en ambos costados para ilusionarse, y ya a esa altura, recortar las diferencias con algunos de sus competidores directos. Así y todo, pasaron las fechas, las cosas parecían volver a la "normalidad" y con el equipo muy lejos de casi todos.
Las presencia de Hernández y luego de Thornton le cambiaron la dinámica y ofensiva al equipo. Ambos lo impulsaron desde su ritmo y potencia, más el mensaje de Camún y lo que fueron aportando nacionales con mayor protagonismo como Frontera más Podestá y ni hablar de Slider desde su rol más Allende.
Claramente ningún número ayuda en la temporada de Argentino. Fue el equipo que menos ganó, el segundo peor de local, y el peor como visitante. Así y todo, su espíritu y creer en lo imposible lo hicieron mantener la categoría. Arrancó con todas las luces ante Zárate Basket (quien tuvo la baja de Merchant), y tras el 1-1, el juninense dejó todo de local.
Una localía con apenas cinco éxitos, y le terminó agregando dos más y celebrando con su gente, casi poético y salido de un cuento de final feliz. Fue resiliente más que nunca, más que en cualquier torneo. Esa es la pura verdad.